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¿Y si el que te cuenta la historia te está mintiendo? El arte del narrador NO FIABLE.

¿Y si el que te cuenta la historia te está mintiendo? El arte del narrador NO FIABLE.

¿Alguna vez te pasó de estar leyendo un libro o viendo una película y sentir que algo no cierra? Una vocecita interna que te dice: "che, a este no le creo del todo". Bueno, es muy probable que estuvieras frente a uno de los recursos más potentes y fascinantes de la narrativa: el narrador no fiable.

El punto de partida: Estamos "pre-chipeados" para creer

Lo primero que tenemos que entender es que, como lectores y espectadores, tenemos una especie de "configuración de fábrica": tendemos a creer que quien nos narra la historia está diciendo la verdad. Si un personaje nos dice "vi un auto rojo pasar por la esquina", en nuestra mente, un auto rojo acaba de pasar por esa esquina. Punto.

Esta inocencia inicial es una mina de oro para el escritor. Sabiendo que el lector parte de la confianza, podemos jugar con sus expectativas, llevarlo por caminos equivocados y sorprenderlo cuando menos se lo espera.

 

¡No es solo un mentiroso! Los mil rostros del narrador no fiable

Acá está la clave del asunto. Un error común es pensar que "no fiable" es simplemente sinónimo de "mentiroso". ¡Para nada! La cosa es mucho más jugosa y compleja. Un narrador puede no ser de fiar por un montón de razones:

  • El manipulador deliberado: Este es el mentiroso clásico. Sabe la verdad, pero la tuerce y la oculta para su propio beneficio. Nos quiere engañar y, muchas veces, lo logra hasta el mismísimo final. El ejemplo máximo es el inolvidable Kaiser Söze en Los Sospechosos de Siempre.
  • El que está loco (o tiene la brújula moral rota): Este personaje no cree que esté mintiendo. En su cabeza, su visión de la realidad es la única que existe y es absolutamente lógica. Es el caso de Alex DeLarge en La Naranja Mecánica, que nos cuenta sus actos de ultraviolencia con una alegría casi infantil, o el protagonista de El corazón delator de Poe, que insiste en su cordura mientras detalla con orgullo un asesinato.
  • El que exagera (o vive en su propio mundo de fantasía): Este narrador no es malicioso, pero ve la vida con un filtro que lo agranda y lo embellece todo. Sus relatos son más grandes que la vida misma, y nos hace dudar si lo que cuenta pasó de verdad o es solo un adorno. El mejor ejemplo es Ed Bloom en El Gran Pez.
  • El sesgado (o el que te cuenta su versión): Al igual que un noticiero con una agenda política clara, este narrador presenta los hechos desde su única perspectiva, omitiendo lo que no le conviene. No necesariamente miente, pero nos da una versión parcial e interesada de la verdad.

 

¿Verdad o Percepción?

Ahora bien, si Alex de La Naranja Mecánica nos cuenta los hechos tal cual pasaron (él sí entró a esa casa y fue violento), ¿por qué decimos que no es fiable?

Y acá es donde el concepto se pone profundo. No podemos fiarnos de él, no porque los hechos sean falsos, sino porque su JUICIO y su PERCEPCIÓN están completamente alterados. No podemos confiar en la brújula moral de alguien que describe la violencia como "alegría verdadera". Su interpretación de la realidad es lo que lo vuelve no fiable, y eso es muchísimo más interesante que una simple mentira.

 

¿Por qué nos atrae tanto un personaje en el que no podemos confiar?

El narrador no fiable nos obliga a convertirnos en detectives. Nos fuerza a leer entre líneas, a cuestionar, a buscar las grietas en su relato. Nos saca del rol de espectador pasivo y nos invita a participar del juego.

Además, nos permite explorar, desde un lugar seguro, las psicologías más complejas y oscuras. Nos metemos en la cabeza de un loco, de un perverso o de un soñador, y por un rato, vemos el mundo a través de sus ojos. Y eso, para cualquiera que ame las historias, es un viaje increíble.

Así que la próxima vez que escribas, animate a jugar con la verdad. Dale la voz a un personaje que no sea del todo honesto, que tenga una visión particular del mundo. Quizás descubras que las mejores historias no se cuentan desde la verdad absoluta, sino desde sus fascinantes y contradictorias versiones.


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¿Alguna vez te pasó de estar leyendo un libro o viendo una película y sentir que algo no cierra? Una vocecita interna que te dice: "che, a este no le creo del todo". Bueno, es muy probable que estuvieras frente a uno de los recursos más potentes y fascinantes de la narrativa: el narrador no fiable.

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